Ser uno mismo, sin máscaras

En un mundo que muchas veces premia la adaptación superficial y la apariencia, ser auténtico puede parecer un acto subversivo. Sin embargo, la autenticidad no se trata de “mostrar todo sin filtro”, sino de vivir en coherencia con quién eres, con tus límites, tu historia y tu potencial en evolución.

Te propongo una reflexión profunda (y aplicada) sobre cómo desarrollar la autenticidad desde un enfoque integrativo. Porque ser uno mismo no es un punto de partida: es una práctica constante.

¿Qué es la autenticidad?

Podemos entender la autenticidad como la capacidad de actuar de manera coherente con nuestro mundo interno (pensamientos, emociones, creencias) en el mundo externo (acciones, decisiones, vínculos). No implica rigidez ni “ser siempre igual”, sino una conexión sostenida y honesta con la propia experiencia.

Según Kernis y Goldman (2006), la autenticidad es el funcionamiento sin restricciones del verdadero yo en las actividades diarias. Incluye cuatro dimensiones fundamentales:

  1. Conciencia de uno mismo: Se refiere al conocimiento profundo y la aceptación de uno mismo, incluyendo metas, sentimientos, deseos y creencias personales, incluso si son contradictorias. Implica reconocer tanto las fortalezas como las debilidades.
  2. Procesamiento imparcial: Este componente se refiere a la capacidad de evaluar la información personal (experiencias, sentimientos, etc.) de manera objetiva y sin sesgos. Implica reconocer tanto las fortalezas como las debilidades de manera precisa.
  3. Comportamiento congruente: Se trata de actuar de acuerdo con los propios valores, necesidades y preferencias, en lugar de dejarse llevar por presiones externas o expectativas sociales.
  4. Relaciones transparentes: Este componente se centra en la honestidad y la apertura en las relaciones con los demás. Implica expresar el verdadero yo en las interacciones sociales y construir relaciones basadas en la autenticidad.

Ser en el mundo…

Desde la filosofía, Heidegger nos invita a vivir con conciencia de que estamos aquí, en el mundo, habitando una existencia única. Pero muchas veces nos perdemos en las rutinas, en lo que “se espera” o en lo que hacen los demás, como si actuáramos en automático.

Ser auténtico, no es mostrarse perfecto, sino hacerse responsable de uno mismo, con lo que somos hoy: nuestras dudas, certezas, emociones, heridas y deseos.

La autenticidad no es un estado definitivo, sino una relación viva y constante con uno mismo, moldeada por nuestras creencias, emociones, vínculos y el entorno que habitamos.

Creencias, identidad y auto-aceptación

Uno de los principales obstáculos para la autenticidad son las creencias limitantes: ideas internalizadas que definen lo que “deberíamos ser” para ser aceptados, valorados o queridos. Estas creencias suelen formarse en la infancia y operan como filtros inconscientes.

Carl Rogers (1961) proponía que una persona auténtica es aquella que reduce la brecha entre su “yo ideal” (quién cree que debería ser) y su “yo real” (quién realmente es). Esta integración requiere auto-aceptación radical, que no significa complacencia, sino reconocer la propia experiencia sin negarla ni juzgarla.

Desde la psicología humanista y la terapia de aceptación y compromiso (ACT), que propone aceptar los propios pensamientos y emociones en lugar de luchar contra ellos, la autenticidad se cultiva a través de tres prácticas fundamentales:

  • Identificar con honestidad los propios valores personales sin convertirlos en exigencias morales
  • Cultivar flexibilidad psicológica para adaptarse a distintas circunstancias sin traicionarse a uno mismo
  • Mantener un contacto pleno con las experiencias emocionales, reconociéndolas sin juicio ni evitación, como parte natural del vivir humano.

El cuerpo como territorio de verdad

La autenticidad no solo se piensa, se encarna. El cuerpo registra (incluso antes de que lo notemos) cuándo estamos actuando en coherencia y cuándo no. Sentir tensión, incomodidad o fatiga constante puede ser señal de estar “forzando un personaje”.

Autores como Richard Strozzi Heckler (2014) sostienen que el cuerpo expresa narrativas identitarias: nuestras posturas, gestos y modos de movernos hablan de lo que creemos que podemos o no ser.

Desde la neurobiología, Antonio Damasio (1994) nos muestra que nuestras decisiones más auténticas no se basan únicamente en la razón o el pensamiento lógico, sino que están profundamente conectadas con nuestras emociones y sensaciones corporales. Él introduce el concepto de marcador somático, que es una señal que nuestro cuerpo genera ante distintas opciones o situaciones, anticipando cómo nos harán sentir emocionalmente.

Estas señales corporales (como una sensación de tensión, alivio o malestar) funcionan como una brújula interna que nos ayuda a elegir caminos más coherentes con nuestro bienestar integral. En otras palabras, cuando prestamos atención a estas respuestas físicas y emocionales, podemos tomar decisiones que reflejan mejor quién somos realmente, más allá de lo que la mente racional podría calcular.

Autenticidad no es aislamiento

Ser auténtico no significa actuar solo ni aislarse del mundo; todo lo contrario, como señala Brené Brown (2016), la autenticidad se vive en la relación con otros, cuando decidimos mostrarnos tal como somos, aun sin la certeza de ser completamente aceptados.

Este acto requiere valentía, pero también depende del entorno: no todos los espacios ni personas ofrecen la seguridad necesaria para esa expresión sincera.

Además, ser auténtico no implica ser siempre idéntico a uno mismo; cambiamos, crecemos y evolucionamos, y es natural que nuestras versiones pasadas ya no nos representen. La autenticidad es, entonces, un compromiso vivo y flexible con quien somos en cada momento, una fidelidad que se adapta y renueva con el tiempo.

Estrategias prácticas para cultivar autenticidad

Desarrollar la autenticidad es fundamental para vivir con mayor plenitud y coherencia, fortaleciendo nuestro bienestar y nuestras relaciones. Manejar técnicas y herramientas concretas nos permite conectar de manera genuina con nosotros mismos y actuar con claridad y libertad en distintos ámbitos de la vida.

EstrategiaPrácticaPregunta guía para la reflexión
PsicológicaIdentifica una creencia limitante que influya en tu forma de ser y busca evidencia que la contradiga o relativice.¿Qué historia me he contado sobre mí mismo que limita mi autenticidad? ¿Qué evidencia real la desafía?
Auto aceptaciónEscribe una carta compasiva a tu “yo del pasado” para reconocer y validar lo que sentiste y necesitaste en ese momento.¿Qué comprensión y apoyo puedo brindar hoy a esa versión de mí que sufrió?
CorporalRealiza un escaneo corporal diario de 3-5 minutos para detectar zonas de tensión o incomodidad vinculadas a actuar “desde el deber” en vez de “desde el ser”.¿Dónde siento resistencia o tensión física que indique desconexión con mi autenticidad?
SocialPractica poner límites claros diciendo “no” en situaciones donde antes cedías por miedo a desagradar o evitar conflicto.¿Qué cambios percibo en mí y en mis relaciones al expresar mis límites auténticos?
Auto conocimientoObserva la coherencia entre tus emociones, pensamientos y acciones en decisiones diarias; ajusta lo que no sientas genuino.¿Esta elección refleja quién soy realmente o quién creo que debo ser?

Autenticidad como práctica viva

Desarrollar autenticidad no es llegar a una versión definitiva de uno mismo, sino sostener un vínculo vivo, curioso y respetuoso con lo que somos, sentimos, creemos y deseamos. Es aprender a escucharnos sin disfraz, a mostrarnos sin sacrificio, a vivir sin máscaras innecesarias.

Porque en un mundo que muchas veces premia la imitación, ser tú mismo es un acto de coherencia radical. Y también, de libertad.


Referencias

  • Rogers, C. (1961). Sobre convertirse en persona: La visión de un terapeuta sobre la psicoterapia. Houghton Mifflin.
  • Brown, B. (2016). Los dones de la imperfección. Gaia Ediciones.
  • Damasio, A. R. (1994). El error de Descartes. La emoción, la razón y el cerebro humano. Editorial Crítica.
  • Heckler, R. S. (2014). The art of somatic coaching: Embodying skillful action, wisdom, and compassion. North Atlantic Books.
  • Kernis, M. H., & Goldman, B. M. (2006). Una conceptualización multicomponente de la autenticidad: Teoría e investigación. Avances en Psicología Social Experimental., 38, 283–357.

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