Hay momentos en los que un equipo deja de ser solo un grupo de personas trabajando juntas y se convierte en algo más: en una red de confianza, en una sinergia poderosa, en un motor de cambio. Eso fue exactamente lo que vivimos en la jornada de Team Building que facilitamos en enero de 2025. Mi amiga y colega Lucía Escobar Flores me invitó a participar de esta experiencia que facilitamos para el equipo directivo de una institución de educación superior.

El propósito era claro: fortalecer el liderazgo, mejorar la comunicación y generar integración en un equipo que se enfrentaba a una nueva planificación estratégica. Y desde el primer momento, la disposición y el compromiso de cada participante hicieron de esta experiencia algo realmente significativo.

El Nudo Humano: un reflejo del trabajo en equipo

Entre las diversas actividades que realizamos, hubo una que marcó un punto clave en la jornada: «El Nudo Humano». Lo que comenzó como un ejercicio lúdico se transformó rápidamente en una metáfora viva de la realidad del equipo. En cada mano entrelazada había confianza, en cada mirada, intención, y en cada conversación, una búsqueda genuina de soluciones.

💡 Se escucharon, se apoyaron, asumieron roles de liderazgo sin imponerse, y juntos lograron el objetivo.

Ese instante en el que el equipo, con esfuerzo y coordinación, desenredó el nudo fue más que una victoria en el juego. Fue el reflejo de un liderazgo auténtico y de una colaboración real. El aprendizaje quedó en sus cuerpos.

Compromisos que transforman

Más allá de las dinámicas y el juego, lo más potente llegó al final: cada integrante declaró públicamente un compromiso personal para esta nueva etapa del equipo. Fueron declaraciones auténticas, genuinas, con responsabilidad y compromiso por el futuro de la institución.

🌟 ¿Cómo sostener estos aprendizajes en el tiempo? Ahí está la clave de un liderazgo consciente: no solo vivir la experiencia, sino integrarla y convertirla en parte de la cultura del equipo.

Personalmente, esta jornada fue un recordatorio del poder que tiene el aprendizaje vivencial. Ser testigo de la energía, la disposición y el profundo compromiso de cada persona fue un regalo. Estos espacios nos recuerdan que el crecimiento no solo ocurre en la estrategia y en los planes, sino en la conexión humana y en la confianza que un equipo es capaz de construir.

Gracias a este increíble equipo por confiar en nosotros, por abrirse a la experiencia y por demostrar que, cuando hay sinergia, cualquier desafío puede transformarse en oportunidad. ¡Sigamos creando conexiones y construyendo juntos!

¿Tu equipo necesita fortalecer sus habilidades y su conexión? Escríbeme, y diseñemos juntos una experiencia que potencie su crecimiento.


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