A finales de 2017 y comienzos de 2018, facilitamos una jornada Team Building con dos equipos de una institución de educación superior. Nuestro objetivo era claro: fortalecer vínculos, generar confianza y potenciar el trabajo en equipo desde una perspectiva más humana y colaborativa.

El encuentro tuvo lugar en el Cajón del Maipo (RM, Chile), un entorno ideal para salir de la rutina y conectar con lo esencial. A lo largo de las jornadas, trabajamos en la importancia del trabajo en equipo, el valor de las relaciones dentro de la organización y el impacto de cada rol en el propósito colectivo.

Tuvimos el privilegio de contar con la facilitación de Erika Sanhueza (Coach Transpersonal y Máster Practitioner en PNL) y Víctor Hugo Lara (Coach Ontológico y Coach Corporal, Magíster en Educación Superior), quienes guiaron reflexiones profundas y ejercicios vivenciales.

Uno de los momentos más significativos fue la pregunta: «¿Para qué hago lo que hago?». Un espacio de reconexión con la organización, de redescubrimiento del propósito personal y laboral, y de renovación de energías para seguir contribuyendo con sentido.

Porque al final del día, un equipo fuerte no solo es más eficiente, sino también más humano.

El impacto del Team Building en el desarrollo organizacional

Las actividades de Team Building han sido ampliamente estudiadas en el ámbito de la psicología organizacional y el liderazgo. Autores como Bruce Tuckman (1965), con su modelo de las cinco etapas del desarrollo grupal (forming, storming, norming, performing y adjourning), han demostrado que la cohesión del equipo no es un fenómeno espontáneo, sino un proceso que requiere intervención y trabajo consciente. Las experiencias de integración permiten acelerar este proceso, facilitando la confianza y la colaboración.

Desde un enfoque más práctico, Patrick Lencioni (2002) en The Five Dysfunctions of a Team plantea que los equipos efectivos deben superar cinco obstáculos: falta de confianza, miedo al conflicto, falta de compromiso, evasión de responsabilidades y desatención a los resultados. Las jornadas de teambuilding trabajan directamente en estos aspectos, promoviendo dinámicas que fortalecen la confianza y la comunicación efectiva.


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