En el mundo organizacional, el éxito técnico y la experiencia no siempre son suficientes para liderar con impacto. El desarrollo de habilidades emocionales y socioemocionales es clave para el crecimiento profesional y organizacional. En esta publicación, exploramos el proceso de transformación de un ingeniero, quien, a través de un acompañamiento metodológico estructurado, logró romper barreras internas y potenciar su liderazgo.

Un ejecutivo en transformación

En Santiago, en una oficina con ventanales que dominan la ciudad, un ingeniero con más de veinte años en su rubro se enfrentaba a un desafío que nunca había considerado en su trayectoria: su estilo de liderazgo estaba limitando su crecimiento profesional. Era un experto en su área, con una trayectoria impecable, pero con dificultades para generar vínculos cercanos con su equipo. En reuniones, su voz técnica predominaba, pero su presencia no inspiraba conexión ni colaboración.

El reto era evidente: reconocer su dimensión emocional, fortalecer su liderazgo y transformar la manera en que se relacionaba con su equipo. Durante seis meses, trabajamos juntos en un proceso que combinó sesiones individuales con herramientas de mentoría y coaching, junto con un trabajo grupal experiencial.

La metodología: Modelo OSAR

El proceso de transformación se estructuró bajo el modelo OSAR (Echeverría, 2006) , una metodología que permite identificar y modificar patrones de pensamiento y comportamiento, promoviendo aprendizajes a distintos niveles.

AprendizajeNivelProceso de transformación
1er. ordenAcciónDesarrollar herramientas comunicacionales para expresarse con mayor claridad, cercanía y efectividad en espacios sociales y laborales.
2do. ordenCreenciaSoltar creencias limitantes, como la idea de ser “distante”, e instalar nuevas creencias que le ayuden a construir relaciones más humanas.
3er. ordenIdentidadTransformar profundamente su identidad profesional y personal, fortaleciendo su liderazgo, redefiniendo su rol en espacios sociales e incorporando nuevas formas de ser y estar en el equipo de trabajo.

Un proceso de crecimiento personal y profesional

Uno de los momentos más significativos del proceso fue el ejercicio de “soltar”, en el que trabajamos en identificar aspectos heredados de su historia personal que ya no le servían en esta etapa de su vida.

En una de las sesiones, el ingeniero expresó:

“Suelto la rigidez que me ha caracterizado. Me ayudó a ser perseverante y enfocado, pero hoy necesito más flexibilidad. Suelto la figura distante que me permitió validarme como especialista en mi rubro, pero que ya no me aporta. También suelto la visión utilitaria que he sostenido sobre las relaciones; con los años me he dado cuenta de que la pasión, la confianza, la amistad y el amor no son cuestiones que se transan… Hoy quiero más humanidad en mi vida.”

Este ejercicio marcó un punto de inflexión en su transformación.

Al final del proceso, este ejecutivo no solo había desarrollado una comunicación más efectiva, sino que también había comenzado a generar relaciones laborales más cercanas y auténticas. En la jornada de cierre, compartió con su equipo los cambios que había experimentado, y varios de sus colegas reconocieron la evolución en su forma de interactuar.

El impacto en el entorno organizacional

El trabajo en liderazgo no solo transforma a quien lo desarrolla, sino que también impacta en su entorno. En los niveles de alta dirección, donde las decisiones afectan a cientos o miles de personas, un cambio en la forma de liderar puede generar un efecto en cascada.

Un líder que cultiva empatía, cercanía y habilidades socioemocionales no solo mejora su desempeño individual, sino que influye en la cultura organizacional, promoviendo entornos de trabajo más colaborativos, humanos y eficientes.

Las organizaciones suelen enfocarse en competencias técnicas, pero cada vez es más evidente la necesidad de fortalecer el lado humano del liderazgo. Apostar por estos procesos de transformación no solo optimiza la gestión del talento, sino que fortalece la cohesión y resiliencia de los equipos de trabajo.

Disposición al cambio

El liderazgo no se trata solo de saber, sino también de ser. La capacidad de transformar nuestra identidad profesional, de soltar lo que nos limita y de atrevernos a construir nuevas formas de estar en el mundo laboral es lo que distingue a un líder efectivo de un simple experto en su campo.

¿Qué aspectos de tu identidad profesional podrías repensar para potenciar tu liderazgo?

Gracias por leer hasta acá. Les invito a dejar sus comentarios, compartir esta publicación y a explorar otros contenidos de mi web.


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