¿Cuántas veces has postergado una decisión, suavizado una opinión o evitado mostrarte como eres por miedo a incomodar? No se trata solo de ser amables o considerados. Detrás de muchas elecciones personales, se esconde una fuerza más silenciosa: la necesidad de ser aprobados.
Aunque parezca inofensiva, esta necesidad puede convertirse en una jaula emocional. Lo que al principio parece un puente hacia la conexión termina por distanciarnos de lo más importante: nosotros mismos.
¿Quién serías si soltaras la necesidad de aprobación?
Desde una perspectiva evolutiva y social, buscar aprobación no es un error, sino una estrategia de supervivencia. Como explica el neuropsiquiatra Daniel Siegel (2010), nuestro «cerebro social» está diseñado para captar señales de aceptación o rechazo del entorno, porque pertenecer al grupo aumentaba nuestras posibilidades de supervivencia.
El problema surge cuando esta necesidad se vuelve el filtro principal de nuestras acciones. El psicólogo humanista Carl Rogers (2022) advertía que el deseo de aprobación externa puede alejarnos de nuestra experiencia interna auténtica, creando un “yo ideal” que intenta complacer pero no se siente vivo.
Desde la sociología, Erving Goffman (2009) sostuvo que gran parte de nuestra identidad social se construye como un “personaje” que representamos para otros, adaptado a lo que creemos que esperan de nosotros. Pero ese personaje no siempre representa nuestro centro, sino nuestra estrategia.
Cuando la necesidad de aprobación dirige tu vida
La búsqueda de validación puede adoptar formas muy sutiles:
- Decidir en función de lo que otros pensarán.
- Sentir culpa por decir “no” o por priorizarse.
- Dudar excesivamente antes de expresarse.
- Medir el valor personal por el reconocimiento externo.
Con el tiempo, este patrón genera ansiedad, baja autoestima y una desconexión progresiva del deseo genuino. La investigadora Kristin Neff (2003), señala que cuanto menos autocompasión cultivamos, más dependemos de la aceptación externa para sentir que valemos.
Soltar la “necesidad de aprobación” no es “ser rechazado”
Soltar la necesidad de aprobación no significa desconectarse de los demás ni vivir desde la indiferencia. Significa volver al eje propio: actuar, decidir y expresarse desde un lugar interno de coherencia, sin ajustar cada paso a la mirada ajena.
Como lo señalaba Carl Rogers, el desarrollo personal ocurre cuando dejamos de vivir bajo condiciones externas de valía y nos permitimos ser fieles a nuestra experiencia interna.
- Y aquí la paradoja: mientras más nos habitamos con honestidad, más disponibles estamos para el encuentro genuino con otros, no desde el agrado automático, sino desde la presencia real.
Herramientas para disolver la necesidad de aprobación
Aquí tienes algunas herramientas concretas para empezar a disolver, poco a poco, la necesidad de aprobación como filtro dominante:
| Dimensión | Estrategia | Pregunta guía para la reflexión |
| Cognitiva | Detecta una conducta que realizas solo para agradar, y ensaya actuar diferente en un contexto seguro. | ¿Qué decisión tomaría si no buscara aprobación? |
| Emocional | Practica la validación interna: reconoce una emoción incómoda sin pedir permiso para sentirla. | ¿Qué me pasa realmente y cómo puedo acompañarme en esto? |
| Corporal | Observa tu cuerpo al complacer a otros/as: ¿te tensas, te encoges, sonríes sin ganas? Prueba modificar conscientemente tu postura. | ¿Mi cuerpo está diciendo “sí” cuando por dentro es “no”? |
| Relacional | Comparte una opinión honesta en un grupo, aunque sea distinta, sin justificarla en exceso. | ¿Qué me pasa cuando no todos están de acuerdo conmigo? |
| Reflexiva | Escribe una carta sin enviar a alguien cuya aprobación has buscado mucho. Luego responde desde tu voz actual. | ¿Qué he dejado de hacer por temor a no ser aprobado? ¿Qué quiero hacer hoy? |
La libertad de ser no necesita permiso
Soltar la necesidad de aprobación no es un acto rebelde, sino un acto de madurez. No se trata de agradar menos, sino de traicionarse menos. No se trata de cerrar vínculos, sino de construirlos desde lugares más verdaderos.
El camino de la autenticidad no siempre es cómodo, pero es profundamente liberador. Y quizá, como decía Rogers, el mayor crecimiento ocurre cuando por fin nos atrevemos a ser quienes somos, y no quienes creemos que deberíamos ser.
Referencias
- Goffman, E. (2009). La presentación de la persona en la vida cotidiana. Amorrortu.
- Neff, K. D. (2003). Self-compassion: An alternative conceptualization of a healthy attitude toward oneself. Self and Identity, 2(2), 85–101.
- Rogers, C. R. (2022). El Proceso de Convertirse En Persona: Mi Técnica Terapéutica. booket.
- Siegel, D. J. (2010). The mindful therapist: A clinician’s guide to mindsight and neural integration. W. W. Norton.
- Twenge, J. M., & Campbell, W. K. (2018). La epidemia del narcisismo: vivir en la era de los derechos. Cristiandad (Ediciones Cristiandad).
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