La tradición educativa nos ha legado grandes referentes que han inspirado a generaciones: el carisma de un profesor universitario, el dominio escénico de un investigador en un seminario, la brillantez intelectual de una ponencia catedrática. Sin embargo, la forma en que las personas aprenden ha cambiado profundamente.

Durante décadas, la docencia y la capacitación se han centrado en quien enseña: la clase magistral, la figura experta que transmite conocimiento y experiencia a participantes pasivos. Esto no es nuevo; así se ha formado a quienes ejercemos la enseñanza desde hace años.

¿Más allá del aprendizaje activo participativo?

El mundo evoluciona con rapidez. Hace poco, el gran debate educativo giraba en torno al aprendizaje activo participativo; hoy, sabemos que la ecuación requiere más variables. Desde la pandemia, los entornos de formación y el mercado laboral han experimentado transformaciones profundas. Los participantes demandan experiencias significativas, aplicadas, ágiles y con un profundo sentido humano.

Del protagonismo al acompañamiento

La investigación en andragogía y aprendizaje experiencial (Merriam & Bierema, 2020; Kolb, 2015) confirma que el papel del facilitador no es transmitir todo el contenido, sino diseñar el espacio, las dinámicas y las condiciones para que las y los participantes construyan su propio conocimiento. Esto implica, en muchos casos, “desaparecer” de la ecuación, dejando que la experiencia y la interacción entre participantes se conviertan en el motor del aprendizaje.

La facilitación contemporánea se aleja del ego profesional y se acerca a la humildad pedagógica: el formador no es el centro del proceso, sino el catalizador. Brookfield (2015) señala que el formador eficaz “se convierte en invisible” en ciertos momentos, permitiendo que los participantes se apropien del aprendizaje y lo lleven a su terreno.

Elementos clave en la facilitación actual

Elemento claveDescripciónEjemplo
Centrado en el participanteDiseñado según necesidades reales y contexto profesional, promoviendo aprendizajes significativos y aplicables.Casos, simulaciones y problemas auténticos aplicables de inmediato.
Integrar la corporalidadConecta pensamiento, emoción y acción, fomentando experiencias ágiles y memorables.Dinámicas breves, ejercicios de atención plena, representación corporal de conceptos.
Reflexión como herramienta de transferenciaEspacios para procesar experiencias y desarrollar pensamiento crítico, con un profundo sentido humano.Preguntas guiadas, debates cortos, diarios de aprendizaje, validación de diversidad de opiniones.
Herramientas prácticas y accionablesRecursos concretos y utilizables en el día a día, facilitando la transferencia inmediata.Checklists, guías rápidas, marcos de acción claros.
Facilitador como diseñador y acompañanteRol de acompañar, guiar e inspirar; crear entornos seguros y fomentar autonomía sin protagonismo propio.Escucha activa, empatía, adaptación en tiempo real, creación de espacios de confianza.

Diseñar experiencias de aprendizaje

Este desplazamiento del foco, del formador al participante, no es una moda metodológica, sino consecuencia de un cambio cultural más amplio. La economía del conocimiento, la velocidad de los cambios tecnológicos y la hiperconexión hacen que las personas valoren la aplicabilidad inmediata y la co-creación.

Facilitar es hacer que los participantes brillen. En un mundo que ha pasado de admirar al maestro en el escenario a valorar al diseñador de experiencias de aprendizaje, el reto para los formadores está en integrar teoría, práctica, corporalidad y reflexión profunda, ofreciendo herramientas concretas que permanezcan más allá del curso.

El facilitador del futuro no será recordado por sus frases inspiradoras, sino por las experiencias que provocó y los cambios que ayudó a sostener.


Referencias

  • Brookfield, S. D. (2015). El maestro hábil: Sobre la técnica, la confianza y la capacidad de respuesta en el aula. Jossey-Bass.
  • Kolb, D. A. (2015). Aprendizaje experiencial: La experiencia como fuente de aprendizaje y desarrollo (2nd ed.). Pearson Education.
  • Merriam, S. B., & Bierema, L. L. (2020). Aprendizaje de adultos: vinculando la teoría y la práctica. John Wiley & Sons.
  • Siegel, D. J. (2012). La mente en desarrollo: cómo las relaciones y el cerebro interactúan para dar forma a quiénes somos. Guilford Press.

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