La creatividad habita en todas las personas y se manifiesta de diversas maneras. Emprender el camino de la vida es en sí un acto de creación. No es solo cuestión de genios o artistas, todos somos creativos en potencia.
Como un arrebato de creatividad ofrezco la siguiente definición: La creatividad es el acto de generar nuevas cosas, ideas o conceptos provocando así una solución distinta a lo convencional.
Es el resultado de una producción novedosa y original, donde una persona concibe algo a partir de la unión o transformación de otras ideas o cosas, esta nueva producción debe tener la condición de no ser una copia ni imitación de las anteriores y existir por sí sola a partir de esta nueva creación.
George Gamez en su libro “Todos somos Creativos” dice: “Es un potencial que tiene todas personas y que sirve para emprender una actividad que hace que algo adquiera existencia” (Gamez, 1998).
Desde la filosofía metafísica el mundo se concibe como algo atado a un propósito trascendente y absoluto. Sin embargo, desde una concepción ontológica las personas existimos en permanente creación. Tenemos la capacidad de movilizarnos y transformar nuestro ser adoptando diversas formas de pensar, sentir y hacer… si así lo deseamos.
Desde la disciplina del coaching, la creación es una cualidad infinita a disposición de cualquier propósito que queramos alcanzar, es así como los seres humanos tenemos la capacidad de desarrollar nuevas habilidades y expandir nuestro campo de acción en el mundo.
La creatividad es una forma espacial de hacer las cosas
Ser creativos/as es un camino a experimentar cada instante como un momento especial y único. Existe al parecer una estructura particular de pensamiento que acoge con mas facilidad la creatividad; un tipo de pensamiento expansivo, flexible, alejado de las tradiciones.
El psicólogo estadounidense Joy Paul Guilford (1897-1987) concluyó en su modelo de “estructura de la inteligencia” que la inteligencia es un proceso mediante el cual el ser humano transforma la información del medio en contenidos mentales, así las personas tienen una visión operativista de ésta. Guilford estableció tres dimensiones separadas e independientes basadas en: la percepción, transformación de la información y emisión de respuesta. El autor señaló que la creatividad es independiente de la inteligencia, aportando así una mirada esencial para comprender su importancia.
El pensamiento divergente
Guilford, formuló una teoría para la creatividad y diseñó test para evaluarla, definiendo así diferencias ente el pensamiento “Convergente” y “Divergente”. El pensamiento convergente es una manera convencional de dar solucionar a los problemas o situaciones; es decir, ofrece una respuesta única o predeterminada utilizando la información base que se posee. Es una manera lógica y ordenada de reaccionar frente a un fenómeno, tomando los aprendizajes previos para ofrecer una solución. El pensamiento convergente favorece que la energía se concentre en una idea particular.
Por oro lado, el pensamiento divergente elabora soluciones con un criterio de singularidad, imaginación y flexibilidad. Es el que ayuda a generar nuevas ideas o conceptos y ofrece apertura en el proceso de crear una nueva solución. El pensamiento divergente se mueve en varias direcciones afrontando así un reto desde diversas fuentes; no utiliza patrones predefinidos pues la solución que hallará podría tener varios focos.

El pensamiento lateral
El psicólogo y escritor Edward de Bono (1933) señala que “El pensamiento creativo es una habilidad, y no solo cuestión de talento individual, no se trata de sentarse por el río y poner música rock esperando que te inspires, eso es un pensamiento muy débil”. Para este autor, una de las cosas mas importantes es que una nueva idea debe tener valor: “Existe demasiada gente que dice ser creativa, piensan que ser diferentes solo por el hecho de que ser diferentes es ser creativo. No lo es. Y esas cosas son las que dan a la creatividad mala fama” (ver). El valor, según el autor, es aquello que hace la diferencia entre algo creativo y algo convencional.
E. de Bono, reconocido en el campo de la creatividad y la innovación, acuñó el concepto de “Pensamiento Lateral” como una definición sistémica para referirse a la idea de moverse del camino principal hacia un camino alterno; y luego de conocer este nuevo camino unirlo con el punto de partida. Para de Bono, a diferencia del pensamiento lógico o “vertical”, el pensamiento lateral puede ser entrenado mediante un cambio de actitud mental y un enfoque abierto a la solución de problemas.
Salir de la «habitualidad» para cambiar conceptos y percepciones, alejarse de las restricciones conocidas y atreverse a modificar las reglas, se logra con disposición mental y práctica. Este autor sostiene que las habilidades necesarias para tener un comportamiento creativo se adquieren por medio de una combinación entre actitudes y técnicas. La plasticidad conductual y cognitiva es posible alcanzarla con entrenamiento.
Bloqueo creativo
El bloqueo creativo es la falta de estímulos suficientes para crear algo nuevo. Es la dificultad para generar ideas novedosas o construir soluciones frescas y no convencionales. Es una suerte de quietud creativa: como estar dentro de un pantano. Las causas del bloqueo creativo pueden ser:
- Especialización muy profunda sobre el fenómeno que se aborda (tecnicismo).
- Racionalísmo extremo, o invertir mucho tiempo en la reflexión (teorizar).
- Falta de coraje para enfrentar nuevos retos (ausencia de valentía).
- Enfoque superficial del fenómeno, evitar profundizar en sus partes.
- Falta de confianza en uno mismo, en el proceso, o en el sistema.
- Baja motivación, o presencia de frustración.
- Miedo: a lo desconocido, al cambio, al error…
- Estrés (o ansiedad) por producir algo nuevo (sobrexigencia).
El proceso creativo
La creatividad enriquece las situación de la vida y otorga nuevas posibilidades de acción. Ofrece la oportunidad de observar un fenómeno con otros ojos estimulando la curiosidad y el aprendizaje.
El pensamiento creativo, también llamado pensamiento original, es un proceso mental que nace de la imaginación; y no es de exclusividad humana, también otras especies la practican con diferente intensidad y complejidad. Como por ejemplo la creatividad puesta al servicio de la construcción de un nido.
Graham Wallas (1858-1932), profesor y teórico en ciencias políticas y en relaciones internacionales, publicó en el año 1926 “El arte del pensamiento”, libro donde explica el proceso creativo en 5 fases:
- Preparación: preparatorio sobre un problema en el cual se enfoca la mente y explora sus dimensiones.
- Incubación: el problema es interiorizado en el hemisferio derecho y parece que nada pasa externamente.
- Intimación: la persona creativa «presiente» que una solución esta próxima (en varias publicaciones, el modelo de Wallas es modificado a cuatro etapas, donde «intimación» es visto como una sub-etapa).
- Iluminación o insight: cuando la idea creativa salta del procesamiento interior al consciente.
- Verificación: cuando la idea es conscientemente verificada, elaborada y luego aplicada.
Modelo de creatividad de Walt Disney
Robert Dilts (1955), entrenador en programación neurolingüística, investigó los procesos mentales que aplicaba Disney para convertir sus sueños en realidades. Fruto de su estudio creó el Modelo de Creatividad de Walt Disney como un proceso circular que se retro alimenta constantemente. Este modelo comprende las siguientes etapas:
- Soñador: Espacio para la tormenta de ideas donde es importante no emitir juicios y estar abiertos al error para aumentar la creatividad. Es el espacio de las infinitas posibilidades.
- Realista: Fase donde se tiran líneas y se responde a la pregunta ¿cómo?. Requiere de un razonamiento lineal y basarse en probabilidades en vez de posibilidades para garantizar la viabilidad.
- Crítico: Es el espacio para destruir, cuestionar y criticar. Con la crítica se previenen posibles riesgos y amenazas. No tomarse esta etapa de forma personal es fundamental, para ello será necesario dejar de lado el ego y/o los miedos; y aceptar la crítica de manera constructiva y práctica al servicio siempre del objetivo y de la mejora continua.
W. Disney describía su proceso creativo de la siguiEnte forma:
«Quien crea una historia debe ver claramente en su propia mente cómo encajará cada pieza dentro del negocio que se genere. Debe sentir cada expresión, cada reacción. Debe ser capaz de alejarse lo suficiente de esta historia para tener una segunda opinión, para ver si los personajes van a ser interesantes y atractivos para el público. Debe también de ver que las cosas que hacen sus personajes son interesantes».
Walt Disney
Una forma experimental de llevar a cabo una idea creativa…
Al inicio de esta publicación señalé que la creatividad es parte de la vida y como una manera de vincular el proceso creativo con la fuerza de la naturaleza, propongo a continuación un prototipo de modelo que asocia a los 4 elementos como etapas primordiales para hacer realidad una nueva idea:
- Fuego: “Encender la motivación”. Es una etapa bañada de behemencia, donde se despierta la chispa que impulsará el nuevo proyecto. Tiene directa relación con la motivación, la energía, la dirección, y la sintonía emocional que iluminará todo el proceso.
- Aire: “Soplar en distintas direcciones”. Espacio generador de ideas que modifica las estructuras convencionales. Es una etapa que exige expanción, plasticidad y flexibilidad para descubrir nuevas opciones, posibilidades y visiones de las cosas. Etapa que oxigena, explora diversas direcciones y moviliza despertando la creatividad.
- Agua: “Fluir, limpiar y cuidar”. Etapa donde se evalúan las ideas fuerza que resultaron del análisis anterior, se despejan las variables para encausar y fluir en una nueva forma. Aquí se procura proteger el propósito del proceso sin olvidar la pasión que lo impulsa. Puede ser el momento donde todo se evapora obligando a regresar al aire; o donde todo se congela, y para ello es necesario convocar al fuego para remover el estancamiento y fluir nuevamente.
- Tierra: “Germinar para florecer”. Es la etapa donde se estabilizan y aterrizan las ideas para construir las definiciones y límites desde donde se sostiene la nueva creación. La tierra da estabildiad, soporte, origen y nutrientes. Este momento requiere de un tiempo especial, el tiempo oportuno y natural donde la vida florece.
La creatividad no es solo una cosa de genios o artistas sino que es una habilidad «entrenable». Me gusta pensar que la creatividad es el impulso que nos saca de la habitual caja para expandir nuestro horizonte de posibilidades. La creatividad puede dejar como resultado un gran cambio organizacional o social; o un sutil gesto personal que provoque profundos cambios en el observador que somos hoy.
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